Querido Puerto Rico

Awilda Rodríguez Lora

Primer #bailartodoslosdías
Apartamento de Natalia Olivero Huffman, Santurce,
1 de enero del 2015. Foto: Awilda Rodríguez Lora

 

1 de diciembre de 2024

Querido Puerto Rico,

He hecho tantas versiones de esta carta. Llevo tantos intentos que no logro terminar de escribirte. Mi primer impulso fue una carta de reclamo, luego una carta de denuncia, pero me di cuenta de que esto es una carta de amor. De este amor que no sé cómo explicar. Es tan complejo, como tratar de darle a entender a alguien que no te conoce quién eres tú y cuál es tu estatus. Y así de difícil es tratar de entender la urgencia de escribirte esta carta.

Y te preguntarás por qué me urge escribirte en este momento. La verdad es que actualmente veo tantas acciones insistentes de cambiarte, de buscar nuevas maneras de cuidarte, de hacer y estar contigo. Sé que tienes todos los recursos para existir y resistir. Y eso te lo aplaudo. Has sobrevivido dos colonizaciones violentas que aún te siguen impactando. Tormentas, huracanes, terremotos y pandemias te han ocupado y todavía hoy sigues aquí, conmigo, sosteniéndome y sustentándome. Aquí vivo día a día con mi familia y mi comunidad que insiste, como tú, en estar. 

Yo he aprendido de ti tanto. Desde la improvisación como técnica de supervivencia hasta el poder que tiene la contemplación. Te miro con el cuerpo para ver cómo puedo seguir resistiendo contigo luego de todo lo que hemos vivido.

Evento de música con STEFFA en La Rosario, Santurce,
febrero 2021. Foto: Juan Carlos Malavé

Fue un 31 de diciembre del 2014. Estaba con mis amigos artistas en mi casa, en La Rosario. La Rosario comenzó siendo mi hogar, taller y oficina de producciones de artes escénicas y también una residencia para artistas, gestores y activistas. Desde febrero del 2022, La Rosario Proyectos es una casa productora de arte vivo que se enfoca en sustentar, exhibir y entrenar a personas para las que se herramienta principal de creación es el cuerpo. Estábamos hablando de nuestras resoluciones, la mía era bailar con una compañía. Siempre me gustó la idea de bailar en una compañía que me pagara por el hecho de bailar todos los días. Sin embargo, a mis 37 años, esto sonaba como algo inalcanzable. Ya a esa edad la sociedad te dice que estás muy vieja para ejercer la profesión. Así como nos han hecho creer que es imposible que tú seas libre e independiente. La verdad es que está cabrón todos los límites que nos imponen sobre lo que debemos y podemos ser.

¿Por qué quería bailar en una compañía de danza en nuestro archipiélago? Primeramente, no quería estar lejos de ti. Además, tenía como ideal el poder entrenar por lo menos cinco días a la semana con un colectivo, poder sostener una vida digna haciendo lo que amo, y porque me parecía necesario crear un trabajo inspirado en la experiencia de vivir aquí y sus significados. Y en esa conversación de aquel 31 de diciembre digo: “¿Sabes qué? Pa’l carajo. Yo no necesito una compañía para lograr esto. Si yo quiero bailar todos los días, y tener un público, no tengo que esperar a estar en una compañía para hacerlo”.  

Para entender esta iluminación, es importante situarla en el contexto de las transformaciones en los accesos a la tecnología como ventana a un público, o como mejor me gusta decir, a testigues que puedan ver nuestro trabajo. En aquel momento contaba con un celular, y en Instagram se comenzaron a permitir publicaciones de videos de 15 segundos. El primero de enero del 2015 coloco mi celular en el suelo del apartamento de mi amiga Natalia Olivero Huffman en Santurce y bailé a contraluz con un vestido vintage que amaba.

El video se sube simultáneamente a las redes de Facebook, Instagraam y Twitter (que ya no existe). Lo que empezó como un reto, como una resolución de año nuevo, se convirtió entonces en una responsabilidad conmigo y con el otre. Ya ahí lo anuncié, lo declaré, manifestaba la expectativa de la presencia de mi trabajo ante el otro, y del otro ante mi trabajo. Al principio no mucha gente lo veía, pero para mí era la manera de hacerme responsable de una decisión: “¡Viste Awilda! Lo hice.”

Y lo hice así por un año. Yo misma me filmaba día a día. Colocaba mi celular ya fuera contra una pared, o un objeto…aunque a veces lo agarraba y grababa solo una parte de mi cuerpo bailando. Pensé que iba a ser sólo por ese año y nada más. Pero llegó el 1 de enero del 2016 y me pregunté: “¿Paro? Ya bailé 365 veces este año.” Pero mi cuerpa no quería parar y seguí…Y en el 2025 se cumplen 10 años de #bailartodoslosdias. 


Puerto Rico, te cuento un poco más de este proyecto: #bailartodoslosdías es una práctica inclusiva de baile, fundamentada en la idea de que todes pueden bailar. Político para mí. El mismo consiste en un acto de auto documentación que depende de mi cuerpo, de mi autonomía, y de mi intención de colectivizar la danza a partir de mi identidad como mujer negra, cuir y puertorriqueña no vacunada. 

Puerto Rico, yo he llorado muchas veces en mi baile pero con él también he generado una fuerza para la transformación. He transformado la depresión, la muerte, los desamores, la pelambrera, la injusticia, los racismos, la transfobia, las lesiones, la rabia, el dolor, la soledad…y bailar es lo que me levanta.

Como consecuencia de esta insistencia de artista independiente, y sin restarle valor a mis 20 años de experiencia como bailarina y coreógrafa del performance, a partir de #bailartodoslosdías se me abren oportunidades para bailar con dos compañías de artistas puertorriqueñes que bailan y crean danzas desde los Niuyores: Antonio Ramos & The Gangbangers y Larissa Velez-Jackson y su proyecto Star Pú Method. Es bien bonito, porque me vieron bailar diariamente todo el tiempo en mi #bailartodoslosdías y luego dicen: “Yo quiero bailar con esta persona. Yo quiero que esta persona baile conmigo”.

De izquierda a derecha: Carlos Martínez Gutiérrez, Awilda Rodríguez Lora y María de Jesús Bravo Espinosa,
26 de julio del 2015. En Azcapotzalco, El Rosario, Ciudad de México. Foto: Ruth Vigueras

Volvamos a lo que te contaba sobre #bailartodoslosdias como una resolución de año nuevo, de esas que hacemos al final de cada año para visionar un cambio, una transformación, una oportunidad para comenzar de nuevo, una acción futurista. Y como al parecer tengo una tendencia de proponerme grandes desafíos en año nuevo, la resolución del 2021 fue La Futura Rosario. Pati Cruz, Cristóbal Guerra y yo imaginamos una Cooperativa de Vivienda para nuestra comunidad LGBTTIQA+, y hasta el sol de hoy seguimos sumando futuristas. 

Es bien poderoso cómo el hecho de estar presente y conspirar junto a otres transforma los desafíos en acciones colectivas y en movimientos de cambios. Y es que estoy convencida, Puerto Rico, de que el movimiento genera movimiento. Tú más que nadie has sido testigo y has vivido en carne propia la fuerza tan grande que tienen las movilizaciones, en repuesta a las catástrofes “naturales” y sociales, en nuestra historia. Te lo cuento desde el lugar más visceral de mi cuerpa en solidaridad y empatía.

La Futura Rosario. Pati Cruz y Cristóbal Guerra,
5 de enero de 2021, Cabo Rojo. Foto: Awilda Rodríguez Lora

Pero también te soy sincera, no ha sido una tarea fácil esta de bailar todos los días. Mucho menos cuando tenemos encima a una Junta de Control Fiscal decidiendo lo que conviene para nuestro bienestar, con estrategias de austeridad que interrumpen el acceso básico a servicios de primera necesidad como la salud, la educación, la electricidad y el agua potable. Puerto Rico, yo he llorado muchas veces en mi baile pero con él también he generado una fuerza para la transformación. He transformado la depresión, la muerte, los desamores, la pelambrera, la injusticia, los racismos, la transfobia, las lesiones, la rabia, el dolor, la soledad…y bailar es lo que me levanta. El obligarme e insistir en bailar todos los días me saca del mojón, me saca de este sentido de incapacidad que a veces puedo sentir, ese feeling de que mejor tiro la toalla. Bailar todos los días es un acto sanador y a la vez descolonizante. 

Querido Puerto Rico, digamos que sí a movernos, a poner le cuerpe como estrategia de expresión, confrontación, exposición de nuestra realidad puertorriqueña. Cuando un movedor decide posicionarse frente a la cámara, les testigues, un público, está resistiendo a aquello que parece ser imposible: la autonomía de nuestros cuerpos/islas. La rigurosidad, la disciplina y la alegría de movernos son lo que definen este proyecto. 

La Rosario Proyectos, Taller Comunidad La Goyco
19 de octubre de 2024. Foto: Awilda Rodríguez Lora

Dicho todo aquí te comparto los ingredientes del proyecto, por si quieres hacerlos tuyos y compartirlos con otres:

  • Tarea diaria: Bailar todos los días.
  • Documentar: La primera toma es la definitiva. Sin ensayos.
  • Espacio: Donde quieras 
  • Inspiración espontánea.
  • Duración: Determinada por lo que el momento/cuerpo necesite. 
  • Cualquier persona puede formar parte de esta danza

Amo estar cerca de ti, Puerto Rico y seguiré bailando contigo hasta el fin del mundo

Te ama,

Awilda Rodríguez Lora

P.D. 

Puedes ver los pasados #bailartodoslosdias entrando a Instagram o Facebook y buscando los siguientes hashtags: #bailartodoslosdias2015 #bailartodoslosdias2016 #bailartodoslosdias2017 #bailartodoslosdias2018 #bailartodoslosdias2019 #bailartodoslosdias2020 #bailartodoslosdias2021 #bailartodoslosdias2022 #bailartodoslosdias2023 #bailartodoslosdias2024. 

Y también ver el proyecto La Futura Rosario en: https://www.instagram.com/lafuturarosario/

 

*Awilda Rodríguez Lora (La Performera) es coreógrafa del performance y gestora cultural. Su práctica artística incluye la creación de La Rosario Proyectos, casa productora para el arte vivo, cuir, colectivo, saludable y sustentable. Es también la Líder Académica del Programa de Danza de la Universidad del Sagrado Corazón.

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