Antonio Martorell
Juana-Díaz-Majestad Negra

Acrílico, tela y encaje sobre fieltro
2022

SALA I
JUANA DÍAZ-MAJESTAD NEGRA

Juana Díaz, olvidada hoy debido al racismo aún vigente en nuestra
isla […] Asesinada en 1695, fue enterrada en la iglesia que luego pasó
a ser la Catedral de Ponce. Un siglo después al fundarse un nuevo
pueblo, se le otorgó su nombre… tan querida era su memoria.

Antonio Martorell

Pasión y muerte de Juana Díaz
Juan Riestra

La historia verdadera de Juana Díaz está prácticamente olvidada. En los libros y en la internet se repite un relato que no tiene base documental, pero los documentos antiguos nos hablan de una persona cuya existencia pudiera comprobarse con evidencia histórica. 

Juana Díaz fue una joven mulata libre que vivía en un lugar llamado el Capitanejo hacia finales del siglo XVII. Estaba casada con un tal Domingo de León, mulato liberto. De León había comprado su libertad con esfuerzo propio, trabajando en la tala de tabaco y ahorrando y, tal vez éste también fuera el caso de Juana Díaz, pues los matrimonios en aquella época se hacían entre personas de la misma condición social. Para la década de los 1690, la pareja había comprado un terreno de 20 cuerdas en donde localizaron su hogar y establecieron una finca de tabaco. 

A finales del siglo XVII Isla de Puerto Rico estaba dividida en dos “partidos”, el de San Germán y el de San Juan. En el sur la frontera era el río Jacaguas. Dentro del partido de San Germán recién se había fundado el “sitio de Ponce” y el Capitanejo era una zona al este de este nuevo sitio. En la actualidad hay dos municipios con barrios colindantes que llevan este nombre, uno en Ponce y otro en Juana Díaz. Los divide precisamente el río Jacaguas. No se sabe con precisión el origen del nombre de la zona, pero posiblemente tenga que ver con los caciques del sur, pues, según el diccionario de la RAE, capitanejo es un “capitán, subalterno de un cacique, que guiaba una partida de indios” o un “caudillo local subordinado a otro”. 

El domingo 23 de enero del 1695, Juana Díaz se encontraba sola su casa y fue vilmente asesinada en la cocina. La golpearon en la cabeza con mano de pilón y luego la ahorcaron. Su esposo estaba ausente, pues había bajado por el río Jacaguas en dirección a la costa porque había sido reclutado para proteger la playa de piratas y contrabandistas ese fin de semana. Al regarse la noticia, se envió a la casa de Juana Díaz un sacristán de la iglesia más cercana, la recién fundada Nuestra Señora de la Guadalupe en Ponce, que en aquel entonces era solo un humilde bohío. Al día siguiente la llevaron a Ponce, donde se realizó un funeral, la envolvieron en un sudario blanco y le rezaron la avemaría. Juana Díaz fue enterrada en esa iglesia. 

El evento provocó una investigación de parte de las autoridades, lo cual produjo varias páginas de documentación oficial. En esas páginas se mencionan todos los lugares donde la noticia estremeció a la gente: Coamo, Ponce, Tallaboa, San Germán. Inadvertidamente el evento nos legó datos valiosos de la geografía humana del sur de Puerto Rico. Se menciona además que en algunos lugares de Ponce se cantaba unas cuartetas, coplas o décimas lamentando la muerte de Juana Díaz. Desgraciadamente ni la letra ni la música de aquellas canciones se conservan. El dolor colectivo que causó la muerte de Juana Díaz tuvo que haber sido muy profundo, pues marcó la toponimia permanentemente. Más de un siglo después, en 1798, se fundó oficialmente el pueblo de Juana Díaz. Al parecer ya se había olvidado a la persona. Un siglo fue suficiente para perder su recuerdo, pero no su nombre. 

*Nota bibliográfica: Luis Caldera Ortiz, Nuevos Hallazgos sobre el origen de Ponce. Ponce: Centro de Estudios de Investigaciones del Sur, 2019. Fuente documental utilizada por este autor: Archivo General de Indias, Escribanía de Cámara. 125 C. Causa por la muerte de Juana Díaz.

Juana Díaz

Letra: Juan Riestra
Música: Juan Riestra y Los Bohíques

Coro
Allá en el Capitanejo
mataron a Juana Díaz.
Todo el mundo la lloraba
y la llora todavía.
y la llora todavía.

I

Allá por el Jacagua
la gente decía
vivía una mulata
llamada Juana Díaz.

Su esposo se llamaba
Domingo de León
de la misma raza,
era un buen varón.

Ahorrando y trabajando
compró su libertad
y una finca de tabaco
como propiedad.

Un fin de semana salió
de expedición
a defender la playa
de una invasión.

II

En el año mil seiscientos
noventa y cinco,
un veintitrés de enero,
era domingo

Sola en la cocina
y entra un ladrón
con mano asesina
en mano de pilón.



A Ponce la llevaron
al día siguiente,
en la iglesia la enterraron
religiosamente

¡Qué mucho la lloraban
acá en San Germán!
En el pueblo de Coamo
nunca la olvidarán.

III

Se oye una cuarteta
que cantan por allá,
los de Sabaneta
y los del Bucaná.

Se olvida a la persona
pero el nombre se quedó
cerca de la zona
donde ella falleció.

Así la pobre Juana
su nombre ha dejao
entre el río Jacagua
y el Descalabrao.

¡Qué feo cuando un hombre
mata a una mujer!
¡No te olvides de su nombre
pa’ que no vuelva a suceder!

Después cortaron a Elena
y a Valerie también.
Oye esto no es chiste,
¡despierta Borinquen!

¡Juana Díaz, Juana Díaz,
no te vamos a olvidar!

4 thoughts on “JUANA DÍAZ-MAJESTAD NEGRA”

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