Ante la inminencia de un brote pandémico ocasionado por el Covid-19, el 16 de marzo de 2020 las autoridades decretaron el cierre de la mayoría de las actividades no esenciales en Puerto Rico. El Viejo San Juan, una de las ciudades con mayor actividad turística del hemisferio, pasó, de un entorno bullicioso por el turismo local e internacional, a una ciudad murada desolada. Poco a poco el hastío y la relajación de las medidas de control fueron ocasionando el retorno de la actividad humana. Primero, desordenadamente por turistas aventureros y luego por los locales precavidos. Las consecuencias económicas y sociales de la pandemia todavía están por medirse. Lo cierto es que la ciudad tardará mucho en recuperarse.
Las fotografías de este trabajo se tomaron entre el 30 de septiembre y 24 de octubre de 2020 y reflejan los efectos del cierre y el retorno lento a una normalidad todavía remota.
¡BRAVO!!!!
La sensibilidad del Maestro Rolando a la altura de la mejor fotografía callejera del mundo.